Capitalismo: de la crematística a la crematomanía
La esencia del capitalismo es el objeto de este artículo. Explicamos brevemente el mecanismo de funcionamiento del sistema capitalista, el dinero como solución y problema, lo bueno del capitalismo. Afirmamos que es un caramelo envenenado. Terminamos hablando de los valores del capital y su hipocresía. Finalizamos con un reto para el pensador resistente, vivir en el único mundo posible, el capitalista, sin ser convertido o asimilado. Sin duda, una vida algo solitaria a contracorriente.
Indice
El dinero, de solución a problema
El dinero empezó siendo un medio de funcionamiento del comercio, y una herramienta para regular las relaciones económicas. Y dejó de ser medio para convertirse en el fin de las personas. De algo bueno y que contribuye al negocio de intercambio, se pasó a la obsesión por el dinero, al ansia de riqueza sin límite.
De Crematística a Crematomanía
El hacerse rico se convierte en el objetivo de muchos hombres. Pero al ser una obsesión ilimitada, salvaje, lo único importante, llega a ser una enfermedad que posee al multimillonario. Que siendo extremadamente rico quiere más. Lo único que quiere es más dinero. Es un ser vacío, racional, solo un mantenedor del statuo quo capitalista.
La avaricia desmedida e incontrolable, la necesidad de siempre querer tener más e insatisfacción interior. El preocuparse solo por tener más, por haber descuidado el ser. El olvido del ser es irreversible y nos condena a la deriva consumista que no da felicidad alguna. Quienes sufren de crematomanía y están enfermos son la mayoría de personas que no lo reconocen.
La comodidad del capitalismo
El maravilloso recurso del dinero como medio, al ser transformado en fin corrompe al hombre, lo reduce a un ser ambicioso y egoísta. Y no cuela eso de la mano invisible de Adam Smith, que decía que el hombre persiguiendo su interés particular contribuye, como por arte de magia, al interés general. El capitalismo solo persigue el interés del rico que impone su juego. Un rico que no se da cuenta del caramelo envenenado que se ha tragado, pues creyéndose dominador del sistema está siendo destruido como posible hombre.
Los valores del capitalismo
Uno es su primer mandamiento: el egoísmo, su interés particular.
El segundo mandamiento es opcional: si quieres disfraza tu egoísmo. Puritanismo, hipocresía…
La esencia del capitalismo
El Leviatán capitalista, igual que el Leviatán político a su servicio, es insaciable. Es una máquina que quiere crear más riqueza e intereses egoístas. Es el beneficiario del derecho que sustituye a la justicia imposible. Siempre quiere más. El Leviatán es el agregado de muchos ricos y lobbys económicos de multinacionales y directivos sin escrúpulos.
Capitalismo como camisa de fuerza
Somos locos y el capitalismo es nuestra camisa de fuerza. Hemos de vivir en una suciedad/sociedad capitalista. No queda otro partido posible. Pero en ese contexto hemos de intentar ser. No siendo convertidos en insensibles ante los perdedores primeros de este juego (los marginados, los países subdesarrollados y en guerra…).
Pero en este juego todos pierden, también los mega-ricos que son los segundos perdedores, al ser unos seres vacíos y presuntuosos que disfrazan su asco interior de falsa felicidad (lujos materiales).
Resistentes hasta el final
Leer, escribir, pensar… sin convencer a nadie, sin criticar a nadie. Pues la masa te arrancará los ojos (figuradamente). Dando batalla a nuestra manera.
En medio de una sociedad enferma, que se vende como una fiesta, nosotros hemos de encontrar nuestra fiesta.
El capitalismo se vende como maravilloso cuando es un cadáver repugnante. Abre los ojos. Descubre matrix.